Cómo te sientes durante el entrenamiento no siempre es un reflejo de que tan en forma estás. Si sabes cómo manejarlo y usas una variedad de trucos mentales, no solo te sentirás mejor de lo que lo harías de otra manera, sino que te desempeñarás mejor, harás más y te ejercitarás más.
El fitness está, principalmente, dentro de tu cabeza. En primer lugar, es una batalla mental que debes ganar para obligarte a entrenar, obligarte a entrenar al nivel que necesitas y luego continuar haciendo una y otra vez. Una vez que te pongas a hacer ejercicio, hay algunos trucos que puedes usar para que todo el proceso sea más fácil para ti:
No pienses en lo difícil que es.
A menudo nos concentramos demasiado en lo difícil y desafiante que es el entrenamiento, magnificándolo en nuestra cabeza, mientras luchamos cada vez más con la carga. Cuanto más piensas que no puedes hacerle frente, más difícil se siente.
Esencialmente, ésta es la técnica de la charla de ánimo previa al juego, aplicada a tu rutina de entrenamiento: sigue diciéndote a ti mismo que lo que estás haciendo no es gran cosa, es un paseo por el parque y te está divirtiendo. Descubrirás que eres capaz de manejar casi cualquier cosa, y lo que es más, después de que superes algunos de estos desafíos, tus futuras rutinas de entrenamiento se sentirán mucho más fáciles.
Llévate a Otro Lugar por Unos Segundos.
Este es el consejo clásico de SAS (el Servicio Especial Aéreo del Ejército Británico) para superar el encarcelamiento o el interrogatorio. Si el lugar donde se encuentra es más que incómodo, imagina dónde te gustaría estar en este momento y llévate allí en tu cabeza. Imagina algo placentero, algo que disfrutas mucho por solo unos segundos. Te ayudará a reiniciar tu cerebro y desviará tu atención de pensar en la dura sesión de entrenamiento.
mente
Solo di a ti mismo que nunca volverás a hacer esto o que te tomarás un largo descanso... después de este rato. Todo lo que necesitas es darte la esperanza de que lo que estás haciendo en este momento puede ser un desafío, pero Terminará pronto, posiblemente de forma permanente. Luego aparece al día siguiente o al día siguiente. La mentira funciona porque reprograma tu cerebro para que deje de quejarse y simplemente se concentra en la hora en que terminará el entrenamiento. Mañana siempre es otro día en el que has descansado, recargado y estás pensando con más claridad.
Ejercítate con Música.
Según un estudio realizado por el equipo de investigación dirigido por Thomas Hans Fritz de la Universidad de Gante y el Instituto Max Planck, la música, debido a su efecto calmante, puede conducir a una reducción de la tensión muscular y una oxigenación más eficiente. No solo podemos hacer más y sentirnos menos agotados más tarde, sino que el ejercicio en sí se siente menos agotador.
Prueba la Gamificación.
Cuando mantienes tu mente en un objetivo a corto plazo, es menos probable que estés controlado cómo te sientes. Es un simple reenfoque que te ayuda a olvidarte del cansancio o cualquier otra molestia. Si tu objetivo es terminar de una vez y no tienes nada más en lo que ocupar tus pensamientos, terminarás analizándote a ti mismo y cómo te sientes cada dos minutos.
Trabaja por puntos (cada repetición de cada ejercicio es un punto, por ejemplo) con amigos e intenta alcanzar el máximo número posible o ponte un número e intenta conseguir todos los puntos que necesitas para alcanzarlo cada día.